El poder judicial enfrenta al presidente con escaso margen de maniobra
El poder judicial se encuentra en una posición comprometida frente al presidente
El sistema judicial, afectado por su propia reputación deteriorada, ha optado por expresar su descontento (de manera casi autodestructiva) hacia el terreno de juego donde el presidente Andrés Manuel López Obrador domina como un talentoso jugador de fútbol como Maradona, Pelé o Cristiano Ronaldo. Aunque algunos aspectos de la reforma constitucional propuesta puedan ser cuestionables, la corrupción imperante en el sistema judicial (a nivel nacional y local) es tan grave que los ciudadanos apenas notarán diferencia en caso de que la propuesta se apruebe y entre en vigor.
Desde la liberación de presos influyentes a través de lo que se conoce como ‘la puerta giratoria’, los amparos contra proyectos en beneficio público, y otros actos de sabotaje contra los poderes ejecutivo y legislativo, hasta cárceles abarrotadas de personas de escasos recursos, a menudo con largas condenas por delitos menores o incluso inocentes y con sentencias que a veces nunca llegan, (impunidad para los ricos e injusticia y severos castigos para los pobres) y otros privilegios vergonzosos, como los beneficios excesivos que ministros y magistrados otorgan a sus familiares en situaciones que recuerdan la época del nepotismo en el gobierno de López Portillo, dejan al sistema judicial en una posición de suma vulnerabilidad ante la abrumadora mayoría que el oficialismo obtendrá en la próxima legislatura, gracias al indiscutible respaldo popular y democrático.
En este contexto, la decisión de protestar en las calles se convierte en una acción ‘suicida’ por parte del poder judicial, al enfrentarse directamente al terreno donde Andrés Manuel López Obrador ejerce su poder, lo que solo logra generar un rechazo aún mayor por parte de la población y, por consiguiente, un mayor respaldo a la reforma ya iniciada por el oficialismo.