El potencial de la Cuarta Transformación y la Suprema Corte de Justicia de la Nación frente a un desafío superable

En el año 1593, el impresor y editor Henri Estienne publicó una extensa obra titulada Les prémices, ou Le I. livre des proverbes épigrammatizez, ou des épigrammes proverbializez. En palabras simples, vendría a ser algo similar a Las primicias, o el libro de los proverbios epigramatizados, o de los epigramas proverbializados.

En dicha obra se incluye un proverbio ampliamente conocido: si jeunesse savait; si vieillesse pouvait (si la juventud supiera; si la vejez pudiera). En el contexto de la discusión sobre la reforma judicial, resulta oportuno parafrasear dicho proverbio: Si la Cuarta Transformación supiera; si la Suprema Corte de Justicia de la Nación pudiera.

La reforma al sistema judicial requerirá ajustes significativos para ser implementada de manera efectiva. Esta reforma no ha sido bien recibida en el ámbito legal, ya que muchos especialistas consideran que adolece de coherencia en varios aspectos y de viabilidad en aspectos cruciales, como la elección democrática de los jueces. Esta es la realidad, más allá del contundente triunfo de Morena en las urnas.

El descontento y las malas decisiones. Dicha reforma fue el resultado de descontento histórico y de errores políticos monumentales. La torpeza fue evidente en la Suprema Corte, que no supo negociar con un presidente tan poderoso como AMLO. El descontento fue por parte de Andrés Manuel, quien interpretó de manera equivocada señales de deslealtad hacia su gobierno y el país, cuando los ministros emitían fallos constitucionales o inconstitucionales.

Hubiera sido distinto:

Si la ministra presidenta Norma Piña hubiera tenido un gesto de respeto cuando llegó Andrés Manuel López Obrador al Teatro de la República en Querétaro. Si el ministro Luis María Aguilar no hubiera mostrado una postura extremista al prohibir la distribución de libros de texto gratuitos que consideraba erróneamente comunistas. Si Luis María no hubiera ocultado información sobre los impuestos de Ricardo Salinas Pliego. Si los miembros de la SCJN hubieran encontrado aunque sea un argumento para mantener a la Guardia Nacional bajo la jurisdicción de la Secretaría de la Defensa, algo que podían haber diseñado en minutos.

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Lecciones del conflicto

La lección principal es que el poder reside en aquel que puede ejercerlo. En este caso, AMLO tenía el poder de decisión, mientras que la SCJN carecía de influencia. ¿Tenía sentido que los ministros se enfrentaran a una situación que claramente no les beneficiaría?

En la actualidad, Claudia Sheinbaum cuenta con la autoridad necesaria, a diferencia del pleno de la corte. Por tanto, la presidenta se mofó recientemente de la decisión de la SCJN, catalogada por algunos de Morena como un intento de golpe de Estado. Claudia opinó que más bien fue un golpe débil. Quizá su burla fue excesiva considerando su posición, pero expresó la verdad: la SCJN puede decidir, pero carece de fuerza para imponer su criterio. ¿Tan complicado es comprender esta situación?

Los ministros poseen un vasto conocimiento y han expresado su desacuerdo con la reforma judicial. Sin embargo, aunque sus argumentos sean valiosos, serán recordados por su coherencia intelectual pero también serán criticados por cualquier repercusión negativa derivada del intento fallido de cambiar una derrota en victoria sin tener la autoridad necesaria para ello.

En las negociaciones previas a la aprobación de la reforma judicial, los ministros demostraron su expertise, superando en conocimiento a los legisladores. A pesar de ello, fueron ignorados en las cámaras, donde se aprobó lo que AMLO deseaba con el respaldo de la mayoría de Morena.

La historia ha demostrado que ganó quien tenía el poder en esa coyuntura, aunque no contó con la mejor asesoría legal. Los juristas de la SCJN salieron perdiendo. Esta situación podría haberse evitado si, con anterioridad, hubieran negociado con el poder ejecutivo sin renunciar a sus principios, o al menos hablando claro en voz baja pero audible para todos, tal como Galileo expresó en su momento. Ahora solo queda esperar la evaluación de la historia.

Morena carece de conocimiento en este caso. De haber sido así, habrían planteado una reforma judicial distinta. A pesar de ello, el partido logró sacar adelante un cambio constitucional complejo que ahora Claudia Sheinbaum deberá implementar con precisión.

En cambio, la SCJN, a pesar de sus conocimientos, se encontró desprovista de poder en esta circunstancia. Por tanto, resulta poco coherente la propuesta de algunos ministros de votar en contra de la constitucionalidad de la reforma judicial. ¿Cuál sería su objetivo?

Recomendaciones para la SCJN

Es similar a estar en un pantano: movimientos bruscos pueden resultar en desastre. La corte suprema ha tomado decisiones controvertidas, y sería prudente que reconsideren su postura. Si persisten en confrontar a los poderes ejecutivo y legislativo, podrían desencadenar problemas en el país, generando críticas hacia los ministros. Por su parte, el gobierno, con recursos de sobra, podrá enfrentar cualquier crisis derivada de este nuevo debate jurídico.

Los integrantes de la corte suprema podrían enfrentarse a graves consecuencias si persisten en su postura actual. Se arriesgan a enfrentar una reacción desfavorable de parte de quienes forman la mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados, quienes actúan con premura y determinación ante cualquier desafío, en ocasiones mostrando una agresividad desmesurada.

En la SCJN, la mayoría busca una vida tranquila y evita conflictos innecesarios. Sin embargo, la reciente decisión podría provocar una reacción descontrolada de aquellos que han llegado al poder regional gracias a la popularidad de AMLO y Claudia. Deben considerar cuidadosamente las consecuencias de sus acciones.

En conclusión, en un contexto donde la Cuarta Transformación y la Suprema Corte de Justicia de la Nación enfrentan desafíos, tendrán que valorar sus capacidades y limitaciones para evitar mayores conflictos y lograr avances significativos en el país.