Renovación en el partido político

Tras la Revolución mexicana, surgió el PAN como voz de una fracción de la sociedad que se oponía al poder del PNR y el PRI creado por Plutarco Elías Calles, marcado por un régimen autocrático y totalitario.

A lo largo de más de siete décadas, el PAN fue la principal fuerza de oposición, promoviendo principios democráticos a través de un programa y estatutos que obedecían a ideales más que a liderazgos personales.

Transformación necesaria

Carlos Castillo Peraza, figura clave del partido, advirtió sobre el desafío de mantener la identidad del PAN una vez en el poder, y desafortunadamente sus temores se hicieron realidad.

Tras alcanzar la presidencia, el partido sufrió una transformación negativa. Surgieron oportunista y corruptos que utilizaron el poder en beneficio propio.

El PAN quedó en una dinámica cada vez más similar al PRI, y su influencia se extendió al PRD y Morena. Hoy en día, la dirigencia de Marko Cortés parece responder más a AMLO que a sus propios miembros o a los intereses nacionales.

Retos actuales

La época más oscura del partido comenzó con Ricardo Anaya, un líder elocuente pero marcado por traiciones. Traicionó a figuras importantes y sirvió intereses ajenos durante la contienda electoral de 2018.

Con Anaya surgieron personajes controvertidos como los “Quintos”, quienes han tomado el control del PAN y se han beneficiado de negocios turbios.

Marko Cortés intenta mantener el control, pero su gestión ha sido cuestionada por conductas irregulares y desvíos de recursos.

Un panorama complicado

La actual dirigencia ha generado descontento entre las bases, con acusaciones de prácticas antidemocráticas y corrupción. Las elecciones internas revelan un escenario de desconfianza y desigualdad en los recursos disponibles.

A pesar de los desafíos, existe un sector de la militancia dispuesto a cambiar el rumbo y preservar la esencia democrática del partido, abriendo la posibilidad de la primera presidenta mujer en la historia del PAN.