Sheinbaum y el proceso democrático
Morena y sus aliados parecen estar destinados a dominar completamente el país. Según los rumores y lo que habría mencionado Guadalupe Taddei respecto a la decisión de los consejeros del INE, el partido oficial, junto con el Verde y el PT, tendrán la mayoría suficiente para efectuar las modificaciones constitucionales que más les beneficien.
Con este poder absoluto a su favor, la oposición apenas tendrá unos pocos diputados y senadores, y ni siquiera tendrá la capacidad legal de iniciar controversias constitucionales.
Como si hubiésemos retrocedido a la era del viejo PRI, el PAN apenas tendrá presencia. Morena podrá ejecutar con éxito la reforma del Poder Judicial, la eliminación de organismos autónomos, y los plurinominales, y podrá, en resumen, cambiar las reglas del juego y transformar el modelo del Estado mexicano.
Muchos analistas opinan que esto podría resultar en la desaparición de la democracia liberal tal como se conoce en México; con un Poder Judicial supeditado a las normas de un partido político, y un Ejecutivo extremadamente poderoso que absorba las funciones de los organismos autónomos.
A pesar de que puede parecer contradictorio, la esperanza radica en Claudia Sheinbaum. Como una mujer seria, con formación académica y competente, debería tener la capacidad de enfrentarse a los radicales de Morena que intentarán por todos los medios tomar el control de las instituciones del Estado.
Aunque hasta ahora parece seguir el camino marcado por AMLO y el partido (lo hizo de manera clara durante la campaña), la carga de la presidencia y el profundo sentido de responsabilidad histórica que conlleva ser la jefa del Estado mexicano pueden llevar a Sheinbaum a defender la democracia liberal, respetar las instituciones eficaces, y sobre todo, trabajar genuinamente por el bienestar de todos los mexicanos.
La mayoría de los mexicanos percibe a Claudia como una simple extensión de AMLO, y asume que no ofrecerá ninguna resistencia al “testamento político” de AMLO ni a las ambiciones de los radicales. Tal vez se equivoquen y la nueva presidenta nos sorprenda. Podría ser que el compromiso de Sheinbaum con la democracia en su sentido más amplio sea tan firme como muchos esperan.
