Innovación disruptiva y crecimiento inclusivo
Ante desafíos como un crecimiento económico escaso, desigualdad alarmante, crisis climática, polarización social y la influencia de organizaciones criminales, es fundamental replantear las estrategias de colaboración entre el sector privado y el gobierno para encontrar soluciones eficaces.
En 2021, tuve la oportunidad de leer el impresionante libro “El poder de la destrucción creativa: ¿qué impulsa el crecimiento económico?” por los economistas Philippe Aghion, Céline Antonin y Simon Bunel. Ellos argumentan que eliminar el capitalismo no es la respuesta. Coincido totalmente con esa perspectiva.
La “destrucción creativa” puede ser una vía efectiva hacia un mayor crecimiento económico y la “prosperidad compartida” que el nuevo gobierno plantea.
El mercado como motor de prosperidad
Históricamente, la economía de mercado ha sido una poderosa fuente de prosperidad, permitiendo el desarrollo de las sociedades en maneras inimaginables hace un siglo. No obstante, es vital que tanto el Estado como la sociedad civil se involucren activamente para orientar las fuerzas de la innovación disruptiva que impulsan el crecimiento.
La “destrucción creativa” se refiere al proceso mediante el cual las innovaciones reemplazan tecnologías y modelos de negocio existentes. Así, emergen nuevas empresas y empleos que sustituyen a los ya obsoletos, creando un ciclo constante donde lo nuevo desplaza a lo viejo.
El ciclo de innovación
Esta constante innovación es la fuerza motriz del capitalismo y el catalizador del crecimiento a largo plazo. Sin embargo, esta transformación no ocurre por sí sola; requiere la motivación de empresarios buscando dominar mercados específicos. El desafío radica en que, una vez logrado dicho dominio, estos empresarios tienden a mantener su posición bloqueando la entrada de nuevos competidores.
Joseph Schumpeter, economista austro-estadounidense, introdujo el concepto de “destrucción creativa” a mediados del siglo XX. Según esta teoría, la innovación y el avance tecnológico son los motores del crecimiento económico, lo cual conduce inevitablemente a la obsolescencia de industrias y modelos comerciales antiguos. El término captura la naturaleza dinámica y disruptiva del capitalismo.
Optimismo en tiempos de cambio
El libro de Aghion, Antonin y Bunel ofrece una visión optimista. Los autores sostienen que es posible recompensar a los innovadores de manera que se evite la concentración y dominancia de mercado, permitiendo un crecimiento más saludable.
Es crucial que el Estado fomente la innovación para aumentar la movilidad social y mejorar el nivel de vida. La inversión en educación e investigación científica debe ser prioritaria.
Repensar el capitalismo
El crecimiento nulo o negativo no es una solución ante retos como la pobreza extrema o el cambio climático. El concepto de “destrucción creativa” nos permite replantear el capitalismo, combinado la innovación dinámica con programas sociales.
Además, el Estado debe implementar políticas para proteger los derechos de propiedad intelectual y mantener la competencia. La cooperación entre el Estado, el mercado y la sociedad civil puede convertirse en un mecanismo eficaz para la regulación y control, promoviendo un crecimiento sostenible, inclusivo y ecológico.
El equilibrio entre innovación y protección
La “destrucción creativa” describe el reemplazo de productos, servicios y tecnologías obsoletos por innovaciones. Este ciclo es esencial para el progreso económico.
El gobierno debe equilibrar el fomento de la innovación con la protección a los trabajadores e industrias afectadas por el cambio. Políticas que promuevan el espíritu emprendedor, la investigación y la educación pueden acelerar el proceso. Simultáneamente, programas para capacitar a trabajadores y beneficios por desempleo pueden mitigar impactos negativos.
Crecer a través de la innovación
México necesita innovadores que rompan esquemas y creen algo novedoso. Aunque la “destrucción creativa” genera disrupciones, fundamentalmente beneficia a la economía por diversas razones:
- Promueve una cultura de mejora continua, impulsando a las empresas a innovar y ser más eficientes.
- Reemplazando tecnologías y modelos de negocios obsoletos, incrementa la productividad y el crecimiento económico.
- Los consumidores se benefician con mejores productos y servicios a precios más bajos.
- La reasignación de mano de obra y capital a usos más productivos mejora la eficiencia económica.
Sin embargo, también presenta desafíos y críticas:
- Genera costos sociales significativos, como pérdidas de empleo e inequidades económicas regionales.
- El dolor a corto plazo puede ser severo, llevando a demandas de intervención gubernamental.
- Las fallas del mercado pueden obstaculizar el proceso, permitiendo que monopolios y oligopolios bloqueen la competencia e innovación.
¿Qué pasos tomar?
Las estrategias clave incluyen:
- Invertir en programas de educación y capacitación para que los trabajadores se adapten a las condiciones económicas cambiantes.
- Fortalecer las redes de seguridad social, como seguros de desempleo y atención médica, para mitigar los efectos de la pérdida de empleos.
- Apoyar la innovación mediante la financiación de investigación, incentivos fiscales y la protección de derechos de propiedad intelectual.
- Implementar políticas antimonopolio para prevenir la concentración de mercado y fomentar la innovación continua.
Colaboración y evolución
El gobierno no puede actuar aislado en la economía y usar fondos públicos indiscriminadamente para estimularla. La innovación empresarial es la principal fuente de nuevo crecimiento. La colaboración entre empresas y gobierno debe evolucionar.
A lo largo de la historia del capitalismo occidental, el descubrimiento de nuevas fuentes de energía, sistemas de comunicación y herramientas financieras ha transformado continuamente la manera de hacer las cosas.
Innovación y apoyo social
Las economías que adoptan la “destrucción creativa” tienden a innovar más, crear más empleos y disfrutar de mayores tasas de crecimiento. La automatización, por ejemplo, crea más empleos de los que elimina.
El éxito radica en mantener un apoyo social paralelo, ayudando a aquellos desplazados por el progreso económico. Prestaciones por desempleo, capacitación y diversos servicios de bienestar social son necesarios, pero deben evitar convertirse en desincentivos para trabajar.
Importancia de los programas sociales
En una democracia, la “destrucción creativa” requiere una red de seguridad social. Los programas sociales gubernamentales son esenciales.
El libro de Aghion, Antonin y Bunel concluye que proteger no es la solución ante la competencia internacional. Es mejor apoyar la innovación y fomentar nuevas empresas dinámicas en lugar de mantener las antiguas y no competitivas.
Un Estado moderno y eficaz
El éxito de la “destrucción creativa” depende de un Estado efectivo, no corrupto, regido por la ley y que promueva la competencia. Esto solo es posible en una democracia constitucional con una sociedad civil activa, instituciones independientes y medios de comunicación libres.
Un Estado moderno juega un papel central como estabilizador macroeconómico, promotor del desarrollo e investigación aplicada, inversionista en nuevas tecnologías, financia la educación y la seguridad social, y fomenta la libre competencia.
El conocimiento como clave del éxito
El paradigma schumpeteriano enfatiza el valor del conocimiento. Para países lejos de la frontera de la innovación, es crucial aprender a imitar a los mejores, algo que se puede lograr a través de la cooperación entre gobierno y empresas.
